jueves, 12 de enero de 2012

SALSA


La paternidad de la música popular suele ser un asunto de disputa y, en el caso de la salsa, esa afirmación genérica se cumple. No por un afán salomónico, sino con sincera honestidad, nosotros creemos que todos los pueblos y lugares que reclaman para sí el honor de haber alumbrado este género musical hispano que ha conquistado una buena parte del mundo tienen una parte de la razón. Porque, en realidad, el alumbramiento de este género tiene unas raíces largas y profundas que alcanzan a Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia y cuyo tronco aflora en Nueva York y Miami.
Sin el ánimo de sentar cátedra, en las líneas siguientes se exponen algunos datos relativos a la trayectoria de la música caribeña que finalmente desemboca en lo que hoy conocemos como Salsa. Vamos a ello.

UN NOMBRE SABROSO

Antes de retroceder en el tiempo, no está de más hacer una parada breve en la palabra que da nombre al género: Salsa. Existe una cierta reivindicación cubana sobre la denominación. Se basa en que el cubano Ignacio Piñeiro interpretaba en 1933 una canción, Échale Salsita, que, además de introducir la trompeta por vez primera en el son, sirvió para que ese culinario elemento se colara, un poco de rondón, en la música bailable caribeña.
No hay una continuidad entre esa aparición inicial y la utilización de la palabra Salsa como denominación de un determinado género. En realidad, palabras como salsa, azúcar, sabor, pese a ser nombres, se han utilizado en la música caribeña a modo de interjección, como elemento gramatical destinado a poner un acento de expresividad no directamente relacionado con su estricto significado. De esa forma de uso surge el bautismo de una música de hondos orígenes cubanos transformada y reelaborada en los barrios hispanos de Nueva York .
El entronizar Salsa como la denominación de un género es ante todo un afortunado hallazgo comercial de la discográfica Fania Records al principio de los años 70 en Nueva York. De forma desmitificadora decía Tito Puente en una entrevista que "salsa es lo que yo como con mis espaguetis pero gracias a esa pequeña palabra que no significa nada, todos nosotros hemos sido capaces de encontrar un modus vivendi durante las últimas décadas".
¿Por qué no fue sabor o azúcar o sabroso...? poco importa, lo cierto es que siguiendo los principios más elementales del marketing, empaquetar productos elaborados por músicos mucho menos homogéneos de lo que podría parecer bajo una misma etiqueta, sirvió para que el "consumidor" pudiera reconocer y, cómo no, adquirir lo que se convirtió en un éxito comercial que aún hoy, pasada su fase de producto estrella, sigue siendo muy bien "ordeñado" por las discográficas.
Finalmente, es conveniente resaltar que salsa es básicamente una denominación genérica para ritmos y estilos muy variados. Celia Cruz, la reina de la salsa, decía que "Salsa es la música cubana con otro nombre. Es mambo, chachachá, rumba, son... todos los ritmos cubanos bajo un único nombre". Aunque la afirmación olvida la influencia de otras naciones como Puerto Rico, Colombia o Venezuela tan importantes en la configuración actual de la salsa, resulta sin embargo certera al describir que la realidad de esta música es variada y heterogénea rítmicamente.

HISTORIA Y EXPANSION
Entre los años treinta, cuarenta y cincuenta, la música cubana era lo que se tocaba en nueva york son cubano guaracha y rumba, mientras que los cubanos en Nueva York, vivían entre muchos latinos de Puerto Rico y otros países que comenzaron a tocar géneros cubanos, influenciados por la música afrocubana.
La salsa se expande a fines de los años setenta y en los años ochenta y noventa, Nuevos instrumentos, nuevos métodos y formas musicales (como canciones de Brasill) fueron adaptados a la salsa. Nuevos subgéneros aparecieron como las dulces canciones de amor de la salsa romántica. Mientras tanto la salsa se convirtió en parte importante de la escena musical en Colombia, Venezuela, Panamá y tan lejos como Japón. A la llegada del siglo XXI, la salsa se ha convertido en una de las formas más importantes de la música popular en el mundo.

LA IRRUPCION DE LA SENSUALIDAD
Los sonidos de la salsa clásica son fuertes, con preeminencia de los «cueros» (la percusión), los metales (instrumentos de viento de metal) y el piano, que se mezclaban en unos solos conocidos como «descargas», que eran excelentes muestras de virtuosismo técnico en el manejo de los instrumentos.
Sin embargo, a partir de los años ochenta, la salsa fue dejando los sonidos fuertes y las descargas furiosas para entrar en un sonido más cadencioso y melódico, que posibilitaba el baile más lento. Esta música se acompañó de letras con abundantes referencias al amor y al erotismo como motivo principal y, en algunos casos, excluyente. Esta música fue denominada «salsa erótica» y tuvo como máximos exponentes a Eddie Santiago,Frankie Ruiz,Rey Ruiz, Willi Gonzales y Luis Enrique.

La categorización de la salsa erótica trajo como consecuencia que se denomine al subgénero anterior como «salsa dura», misma que sufrió una baja de producción (en cantidad mas no en calidad) y de popularidad a la par que el nuevo género se consolidó.

DECAIMIENTO DE LA SENSUALIDAD Y ESCENA ACTUAL
A fines de los años noventa la salsa erótica empezó a declinar en popularidad, lo que se debió principalmente al fuerte impulso de otros ritmos caribeños como el merengue dominicano y la bachata en Norteamérica, centro y parte de Suramérica, trayendo aparejada la desaparición del sello RMM de producciones netamente románticas.
Para ese entonces la salsa había perdido a muchos de sus grandes baluartes, ya sea por fallecimiento (Héctor Lavoe, Ismael Rivera), como por reorientación de sus carreras al jazz latino (Ray Barretto, Eddie Palmieri) como por la realización de grabaciones cada vez más espaciadas de quienes continuaron en el género (Rubén Blades, Willie Colón, Johnny Pacheco).
El fin de siglo trajo un resurgir de la salsa dura (que en los años noventa estuvo representada apenas por Manny Oquendo y Libre) de la mano de grabaciones para sellos independientes o minúsculos. Fue el caso de Orquesta La 33, que acentuó la salsa con la fuerza del mambo, Los Soneros del Barrio y Jimmy Bosch que volvió a dar protagonismo al trombón, dando así el puntapié inicial para la reinstalación del sonido de la "escuela vieja" en el género: algunos ejemplos actuales son La Sucursal SA, Orquesta Bailatino La Excelencia, Bloque 53, Rumberos del Callejon o Salsafon.

LA MUSICA SALSA
Lo que se conoce como música salsa parece seguir vagamente un número de criterios. La salsa se toca en tiempo común, lo que significa cuatro golpes en cada compás. La música se toca en frases de dos compases, formando consiguientemente una suma de ocho golpes. En el ritmo base, los ocho golpes se tocan en un tambor alto llamado conga. Sobre este ritmo base se van superponiendo capas de percusión.
Los golpes que se apartan del ritmo base en la suma de ocho golpes normalmente vienen determinados por un número de percusionistas que tocan juntos usando instrumentos más pequeños. El papel cooperativo de los músicos refleja las raíces africanas de la música, por lo que lo más eficaz para enganchar el ritmo es escuchar la música como un conjunto en vez de instrumentos aislados.


De estos instrumentos de percusión, el más importante y el que marca el criterio más fuerte para definir una pieza de música como salsa es la clave. La clave es un ritmo que se toca golpeando un palo contra otro. Los palos también se llaman clave. Tanto músicos como cantantes deben obedecer la clave, tocando notas o acentuando sílabas que realcen la mayoría o todos los golpes de la clave. A pesar de que las canciones normalmente seguían una sola modalidad de clave, cada vez son más comunes las canciones que contienen cambios en la clave y los músicos son a su vez más hábiles con los cambios.


Otra pista para saber cuando se encuentra frente a un tema de salsa es la velocidad de la música. Normalmente las canciones con un tiempo medio se consideran chachachá, mientras que aquellas con un tiempo alto suelen ser clasificadas como salsa. Pero no hay un punto o velocidad exacta. Basta con decir que cuanto más rápida sea la pieza de música, más probabilidad de que sea salsa. 

Uno de los progenitores de la salsa es el son Cubano. Música de los trovadores, que cantaban sobre cualquier cosa que capturase su imaginación: lo buena que fue la cosecha, lo que tuvieron de cena aquella noche, etc. Solían improvisar con la lírica y con la voz pero siempre siguiendo la clave de la canción. La técnica de improvisación, llamada Soneo, es evidente aún ahora, y a ella se debe la reputación de muchos artistas.


El son que se toca siguiendo el viejo estilo, sin los instrumentos de metal, revela claramente sus raíces: suaves ritmos africanos que se presentan en líneas de bajo y enmarcan líricas que se cantan de forma cooperativa, donde el cantante principal es respondido por otros cantantes de forma simultánea, o cantan piezas distintas de forma alternativa y el conjunto se completa con melodías andaluzas. Otra influencia es el jazz, introducido en la salsa a través de los habitantes latinos de New York, y de quien la salsa tomó las improvisaciones y los juegos melódicos entre el piano y los instrumentos de metal.


La cumbia y el vallenato pueden también encajar con la definición de salsa. La primera se caracteriza por un ritmo lento más cercano al reggae, mientras que el segundo tiene como base el acordeón. 

BAILAR SALSA
Para bailar salsa en su forma más elemental, se siguen los cuatro golpes de la música pero sólo se ejecutan tres pasos, cada uno de la misma duración del golpe. El golpe restante se puede incorporar al paso anterior (lo que resulta en una cuenta rápido-rápido-lento) o bien se añade un movimiento de adorno. Los pasos pueden incluir desplazamiento o pueden ejecutarse en el sitio; un poco como caminar dando tres pasos de cada vez y metiendo una pausa en medio. Si se camina de esta forma al ritmo de la música, ya se estará bailando salsa.

Su misma simplicidad lo hace extremadamente flexible; al igual que se puede caminar en cualquier dirección, también se puede bailar salsa en el lugar, desplazándose o girando. El golpe restante puede adornarse con un golpecito o patadita, o una pausa. Debe tenerse en cuenta que dar un paso es colocar el pie en el suelo y poner todo el peso sobre él. En muchos países Latinoamericanos, las parejas incluso eligen en qué golpe quieren bailar, y puede no ser necesariamente el primero. Todo esto podría parecer una anarquía rítmica, y lo sería de no ser por un aspecto muy importante: la salsa y sus antecesores han sido siempre música para bailar.